Un recordatorio

Anoche acostado en mi cama me dije: "asu, ya está haciendo frío" y me dí cuenta que no tenia frazada, solo sábanas y el cubre-cama, eso me llevó a pensar: "mi mamá no puso frazada" Normalmente (o sea otros años) cuando empieza a hacer frío y me digo que hace frío me doy cuenta que ya tengo frazada, obviamente por obra de mi mamá. Este año no fue así. Esos pensamientos me hicieron pensar aún más y los comparé sanamente con algunos momentos que pasé y paso con Abby, mi enamorada, como por ejemplo una mañana que me levanté en su depa, me esperaba un juguito de melón con plátano, una taza de leche y un tamalito, simplemente me encantó el gesto del desayuno.

No estoy diciendo que me vieja ya no me quiere ni que ya se olvidó que tiene un hijo, ni nada parecido, sólo creo que la etapa de "mamá pone mi frazada" ya se está acabando (en realidad hace tiempo)- y no solo me refiero a que ponga la frazada-. El nombre de la etapa es solo referencial, ya que abarca otros aspectos como entenderán. Ahora dirán que suena muy aniñado y un poco maricón, que este weon ya tiene 22 años y todavia quiere que le pongan frazada a su cama. Pues no. Eso ha sido solo un recordatorio de que efectivamente ya tengo 22 años, aunque siempre pienso que soy un niño y creo que siempre lo seré, de manera figurativa claro. Esto ha sido un recordatorio de que tal vez no tenga que vivir ya en la casa de mis papas. Un recordatorio de todas las veces que Abby me dijo que me mudara con ella. Un recordatorio de que en unos meses voy a estar en Europa no sé si solo.

Anoche, el que faltara un frazada en mi cama me hizo pensar en muchas cosas, de las que estoy perdiendo, de las que estoy ganando, de las que estoy dejando, de las que voy a conseguir, cosas a las que renuncio, cosas a las que me voy a entregar y sobretodo, las cosas que me van a tocar vivir cuando haya dejado otras atrás.