lunes, 20 de agosto de 2007

Crónica de un Terremoto

Después de cinco dias, la tierra parece estar más tranquila. Dejar el Perú como estaba no será facil y por eso ya estamos tomando acciones, nosotros los Peruanos y algunos paises con voluntad y espíritu solidario. Acá en Cerro Azul, Cañete, la gente está más tranquila, aunque los daños causados son de consideración: casas destruidas, viviendas dañadas, paredones en el piso, un puerto dañado por la salida del mar y pistas hundidas. Las labores de limpieza pública ya empezaron; recojo de escombros y desarenización en las pistas del puerto. Todavia no hay agua las 24 horas, sólo por momentos. La luz, por suerte, ya está en las casas desde hace dos dias y aquí va una crónica de aquellos momentos que nunca olvidaré.

Dia 1, Miércoles 15 de Agosto, 6:41 pm.

El suelo temblaba y parecia sólo un temblor fuerte que terminaría en unos segundos, pero no. El movimiento se prolongaba en tiempo e intensidad. Yo estaba en la sala de mi casa, mi madre y mis hermanas de 12 años en la mezzanine. El movimiento se hizo aún más fuerte y bajaron apuradas, yo atiné a reunirme con ellas, las luces se apagaron, la electricidad colapsó, eso ya no era normal; y (todo esto pasó en fracciones de segundo) por un momento dudé, si ir todos a la calle -donde estaba el mar- o salir por atrás a los jardines. Mientras eso, una de mis hermanas ya habia abierto la puerta hacia la calle y ya estaba afuera, mi otra hermana la siguió, dije a mi madre "vamos para atrás" y entre tanta confusión los dos salimos hacia la calle. Todos juntos, abrazados, como a 7 metros de la puerta, al frente, viendo como la tierra sacudia todo, veíamos como todo se movia. El condominio se balanceaba de lado a lado, mi familia empezó a rezar. Estando en un lugar abierto, como es la calle, podia sentir que tan poderoso fue el sismo. Parecía una balanza. Una cama elástica. Podíamos escuchar todas las cosas que se caian dentro de mi casa. Mis hermanas lloraban. Recuerdo haber pensado cosas como; "Mi casa se va a caer", "el piso se va a abrir" y "espero que haya un mañana". Pensé en mi hermano mi padre, mi enamorada, el resto de mis familiares. Estábamos mareados por el movimiento, pensando que ya habia terminado, la tierra seguía moviendose. Los vecinos estaban en la calle también, todos nosotros asustados. Fueron los minutos de más tensión y susto que recuerdo haber tenido. Al fin la tierra parecía haberse dejado de mover, nos quedamos unos minutos en el lugar donde estuvimos abrazados, la luz del dia era ténue, decidí entrar en mi casa para sacar una linterna, pero mi madre no me dejaba, hasta algunos minutos después. Cuando entré, todo estaba en el suelo, copas, adornos, libros, televisor, portaretratos. Una pared rajada y mucho desconcierto por parte mia. Subí a la mezzanine por la linterna, la encontré y bajé tan rápido como pude para estar con mi familia. Estuvimos unos momentos afuera y decidimos entrar. Las réplicas seguían y nos obligaba a salir una y otra vez. Sacamos unos colchones para dormir abajo cerca a la puerta, la casa estaba iluminada con velas. Las llamadas telefónicas no se hicieron esperar. A pesar de colapsar las líneas, sí podíamos recibir y hacer llamadas intentando unas cuantas veces. La noche caia y los sustos recien empezaban.

Estaba en la terraza escuchando la radio, enterándome de las últimas noticias, cuando escuché el sonido del mar muy cerca, más cerca de lo normal, como a unos 20 metros de donde estaba, fui acercandome al malecón alumbrando con la linterna, confirmé el miedo que sentia sentia desde que el sismo paró; el mar se salia.

El mar ya chocaba contra el malecón y salia por las entradas de este. Dí media vuelta y corrí hac1ia mi casa con la aterradora noticia. Ya habiamos hablado con nuestro vecino en caso de que el mar saliera, iríamos a su casa para subir a los cerros que se encuentran detras, (sólo hay tres salidas hacia los cerros, la más cercana estaba al lado de mi casa, con mis vecinos) asi que sacamos frazadas, celulares, linternas y corrimos a tocar la puerta para poder alejarnos del miedo. Entre el pánico dejábamos atrás el peligro de lo desconocido, no habia forma de saber hasta donde el mar habia salido ni cuanto, si era una inundación, si podia destruir o no. Con la incertudumbre en la cabeza, ya estábamos en lo alto de un cerro. Parados, apenas podíamos ver la playa, después de unos minutos, vimos unas luces acercándose hacia la playa, eran camionetas, al parecer el mar no habia salido tanto y no hubo una inundación terrible, las camionetas pasaban sin problema, el guardia del condominio gritaba para avisarnos que habian llegado para evacuar la zona. Por algún motivo, en ese mismo momento nos sentíamos seguros en el cerro. Las camionetas se fueron, vacias, nadie subió. La serenidad empezaba cuando de pronto hubo otro movimiento sísmico, muy fuerte esta vez, el suelo arenoso tembló. Veíamos como el guardia apagaba las cajas de luz del condominio. Ya habian pasado 45 minutos aproximadamente, cuando decidí bajar con uno de mis vecinos, dejé a mi familia por un rato y bajé. Mi celular sonó. Era mi prima, ella estaba en lima, habia hablado con mi padre que estaba en la selva, San Martin y este le habia dicho que tenia un informe sobre un tsunami, pero no sabia donde exactamente iba a tener mayor repercusión. Luego me enteré que habian descartado esa posibilidad, pero con la noticia en la cabeza salí con mi vecino hacia la playa para ver qué habia hecho el mar. La respuesta; mucha arena y agua, botes de basura tirados, volví a subir para estar con mi familia y bajar todos. No tenia idea donde estaban las llaves de mi casa. Bajando mi mamá las encontró en su bolso, nadie sabia como habian llegado ahi, hubo mucha confusión. Intenté abrir la puerta pero no se podia, estaba atorada. La entrada del condominio hacia los jardines estaba inundada con unos 25 cm de agua, entré por ahi para llegar a la puerta trasera de mi casa. Ya estaba descalzo y con los jeans arriba de las rodillas para poder pasar por toda el agua. Logré entrar a mi casa. Estaba llena de agua y mucho barro. Abrí la puerta, mi familia pasó, prendimos algunas velas otra vez, nuevamente estaba afuera, en la terraza, unos momentos después mi mamá vino con mis hermanas diciendome que una tia habia llamado para avisarle que toda la costa era propensa a nuevas inundaciones y que debíamos salir de ahi. Pasaba una carro particular, llegó hasta el final de la playa, se estacionó alumbrando hacia el mar, se veia lleno. Un minuto después escuchamos las llantas patinar en el barro, el carro retrocedió apresuradamente, el mar volvia a asustarnos saliendo otra vez.

Cerramos la casa, y corrimos hacia la puerta del vecino, mi familia entró, yo me quedé en la puerta con él para ver hasta donde llegaba el mar, el carro particular ya se habia ido. El mar no salió mucho esta vez pero el susto seguía. Habian unas 4 camionetas con gente de Camisea que salian del otro lado de la playa, donde estaba el carro particular, en el otro condominio, mi madre salió de casa del vecino con mis hermanas para decirme que parara alguna y salir de Cerro Azul. Asi paso, agité los brazos, la camioneta paró, subimos, la administradora del otro condominio estaba ahi con una señora y un funcionario de Camisea quien manejaba. Nos llevaron hasta San Vicente, llegamos a la casa de una amiga de mi abuela. Ahi estaba ella, con otras amigas suyas. Pasamos la noche es esa casa, en medio de réplicas y noticias en la radio, dormimos, cansados y expectantes de lo que encontraríamos en las calles al dia siguiente.


Dia 2, Jueves 16 de Agosto, 6:30 am.

Desperté con la radio prendida y el sonido de los carros. Mi abuela estaba ya despierta, fuí a despertar a mi mamá y hermanas. Aún no podía creer que habíamos pasado un terremoto. Después de conversar un rato, decidimos ir a la casa de mi abuela, nos despedimos y nos dirigimos hacia allá. Cuando salimos a la calle pudimos ver las profundas huellas del sismo: casas totalmente derrumbadas, estructuras rajadas, azoteas de edificios destruidas, gente acampando en la plaza de armas. Llegamos a la casa de mi abuela, por suerte sólo estaba muy desordenada, cosas en el suelo y una buena parte de ladrillos que adornaban la pared en el suelo. Limpiamos. Desayunamos. Yo estaba dispuesto a regresar a Cerro Azul para ver cómo se encontraba mi casa y traer ropa y cosas para el aseo ya que nos quedaríamos en la casa de mi abuela. Salí, tomé un colectivo, camino a Cerro Azul, la panamericana sur estaba por tramos con grietas. Al llegar vi algunas casas inclinadas, gente sacando escombros de sus casas y camino a la mia esto es lo que encontré:


Cuando llegué a la playa, donde está mi casa, ahora sí pude ver con toda la luz que el mar estaba un poco retirado, todo el camino lleno de agua, los botes de basura en medio del camino, hojas de palmeras por todas partes y piedras en el malecón. Iba acercandome a mi casa, ya sabia que estaba llena de barro, pero de dia se veia mucho más sucia, todas las sombrillas de madera que estan en la playa estaban en el piso, todo era un desastre.


Después de ver todo esto y sacar de mi casa, regresé a la casa de mi abuela, donde pasé el dia con mi familia. Tomé una siesta y cuando desperté, mi hermano ya habia llegado con su enamorada desde Barranca. Pasamos tiempo juntos y nos acostamos.


Dia 3, Viernes 17 de Agosto, 9:45 am.

Abby, mi enamorada llegaba a Cañete desde Lima, fuí a recogerla con mi hermano. Caminando hasta la casa vimos como la gente limpiaba sus casas, los camiones sisterna, bomberos y policias. Llegando, acordamos ir todos ( mi hermano, su enamorada, mi enamorada y yo) a Cerro Azul y limpiar toda mi casa.

Llegamos, quitamos todo el barro, que ya estaba seco dentro de mi casa, barrimos, trapeamos, enceramos y en 2 horas y media ya teníamos la casa limpia. Almorzamos. Un amigo me llamó por telefono para decirme que estaban yendo a Pisco para ofrecer ayuda, nosotros tambien planeabamos ir, aunque una vecina me advirtio que la carretera estaba muy congestionada por esa zona, ya que el puente San Clemente ya habia colapsado por completo, los precios estaban por los cielos y era muy peligroso, además del transbordo de 5 kilometros y si saliamos en la tarde llegábamos muy de noche. Al fin del dia, mi amigo desistió por una falta de coordinacion con sus amigos. Por nuestra parte, no descartábamos la idea de ir, pero antes íbamos a la Municipalidad de Cerro Azul para voluntariamente ayudar en lo que se pudiera. Sólo sacamos algunas cajas de agua mineral para que una combi se las llevara a lugares afectados, yo me di cuenta que no tenia mi celular, recordé que camino a la Municipalidad, habia entrado a la playa para asustar a algunas gaviotas, corriendo. Asi que regresé al lugar pensando que ahi podia estar mi celular, por suerte lo encontré entre la oscuridad, ya eran las 7:00 pm. Iba caminando para encontrarme con los demás, nos cruzamos y regresamos a mi casa. Todavia no habia luz. Acordaron ir temprano a la Municipalidad para entregar algunos viveres a los anexos afectados en Cerro Azul. Eso haríamos en la mañana o iríamos a Pisco, de pronto, llegó la lúz.

Dia 4, Sábado 18 de Agosto, 9:30 am.

Fué confuso, salimos de mi casa con la intención de ir a Pisco, pero terminamos ayudando en el complejo deportivo de Cerro Azul. Habíamos llevado ropa y víveres y empezamos a empacar bolsitas con pastillas de cloro, purificadoras de agua, algo es algo. Luego mi hermano y su enamorada subieron a un carro, lleno de viveres para repartirlos por las zonas más afectadas alrededor de Cerro Azul. Regresamos a la casa, donde gastamos en resto del dia.

Sin duda este ha sido un golpe fuerte para el Perú y tambien sin duda el Perú se va a levantar. Nunca imaginé tener que subir a un cerro por un peligro real, nunca imaginé ver todo lo que ví, en mi localidad y en las noticias televisivas, nunca imaginé que la Catedral de Paracas se destruyera, nunca imaginé vivir el miedo que viví con mi familia ese 15 de Agosto, por eso a los que estamos vivos y tenemos la suerte de tener nuestros hogares intactos sólo nos queda solidarizarnos en nuestras posibilidades con los demás y reflexionar sobre esta devastadora experiencia que le tocó vivir a todo el Perú.



martes, 14 de agosto de 2007

Mi año de viajes. Parte I

Este fin de mes va a estar cargado de viajes. Hace pocos dias mi viejo reservó vuelos para ir a Tarapoto en LAN, buena oportunidad para seguir acumulando mis Kilómetros. Mi viejo está allá, asi que voy con mi hermano a unas de las zona más calientes del Perú, aunque recibí el dato de que la temperatura está bajando considerablemente. Solo un poco de ropa de abrigo extra y listo. La duración del viaje no es considerable, solo del 24 al 27. El objetivo es llegar a Kuelap, en Chachapoyas y a las cataratas del Gocta, un poco metiadas en la selva. Por supuesto, disfrutar del paisaje, la comida y la vida nocturna. La última vez que fuí a Tarapoto me quedé con las ganas de entrar a alguno de los bares en la calle más concurrida por los amantes de la vida de noche: La calle de las piedras. Para ser más específico, me quedé con las ganas de entrar al "Stonewasi", una taberna, al parecer la más popular. Esto por un lado; y por el otro, luego de regresar, el 29 viajo a Tacna con mi enamorada para ir a Arica, Chile. Ya toca la fastidiosa renovación de Visa. Otros tres dias de viaje. Ahora que me doy cuenta... este va a ser el año de los viajes para mi, empecé con Argentina, cinco dias, dos en Buenos Aires y tres en Rosario, hace unos meses, ahora Tarapoto, luego Tacna y Arica, muy probable que en Octubre viaje por el sur, Arequipa, Puno, Cuzco también con mi enamorada y después España. Uff, y debo viajar aún más. De seguro reportaré cada viaje. Me espera una agenda llena con lugares para visitar y dejar de sentir Fernweh. Nooooos veemoss.